Hoy comenzó el reparto de alimentos no perecederos para familias de sectores populares de las escuelas de Mendoza. Desde la DGE han programado hasta el momento dos entregas: la primera en estos días y una segunda en 15 días.
La medida de entregar bolsones es correcta y necesaria, dado que para evitar la aglomeración de gente en medio de la pandemia, se hace imposible continuar con los comedores escolares y el reparto de la merienda diaria. Mientras el coronavirus recrudece, son miles de familias quienes no pueden entrar en cuarentena debido a su situación socio-económica y habitacional y a las que el aislamiento ha golpeado aún más sus posibilidades de ingreso.
Frente a este cuadro, nos encontramos con “bolsones” paupérrimos, su contenido es altamente insuficiente para cubrir las necesidades de una familia, en medio de la crisis sanitaria y social que azota con fuerza a los sectores vulnerados de la sociedad.
Esto no es nuevo: desde el año pasado venimos denunciando desde el SUTE la disminución en las raciones de merienda y en las viandas. Al contenido insuficiente de alimentos de los bolsones, se suma que la cantidad a distribuir no contempla la totalidad de las familias: el gobierno seleccionó solo algunas, sin explicar con qué criterios.
Además, la tarea de distribución de los bolsones recayó sobre directivos/as y celadores/as, a quienes el gobierno provincial no garantizó los elementos de higiene y seguridad necesarios para protegerse del contagio de coronavirus que están obligados a otorgar por normativa. Luego de varios reclamos hechos por este sindicato, se logró que algunas municipalidades tomaran la tarea del reparto.
La cadena de irresponsabilidad del Estado es amplia: improvisación con el aprendizaje virtual, con la distribución de bolsones y con el cuidado de los/as trabajadores/as de la educación. Son las comunidades quienes muestran solidaridad (cosiendo barbijos, fabricando alcohol en gel, etc.) pero es el Estado el que debe garantizar todo el andamiaje necesario para que la alimentación y la protección sanitaria llegue a destino.
Desde el SUTE exigimos al gobierno provincial una mejora sustancial de los alimentos que se reparten, y que terminen de someter a la precariedad educativa y alimentaria a nuestros/as estudiantes. E insistimos nuevamente en que se nos convoque como sindicato al Comité de Crisis, para aportar nuestro conocimiento y evitar que este tipo de situaciones continúen vulnerando derechos de los/as trabajadores y de la comunidad.
CON HAMBRE NO SE PUEDE APRENDER
#LaDeudaEsConLaEducación